"La mañana después" es la premisa desde la que parte la colección Primavera/Verano 2016 de Francisco Costa para Calvin Klein Collection. Un desfile que cierra la Semana de la Moda de Nueva York confirmando que nada más contemporáneo que echar la vista atrás. En el caso de Calvin Klein, retroceder hasta principios de los gloriosos noventa, recuperar algunas de las señas de identidad de la firma y reformularlas hasta devolverles otro estado original.
El vestido tipo camisón es el eje central de este ejercicio. Una prenda que Costa ha puesto al día muchas veces pero nunca desde las entrañas como hasta ahora. El diseñador parte de una base tan lencera, limpia y escueta como la ideada por el fundador de la compañía, para ir dándole una nueva personalidad. Refuerza su busto, le añade nuevas dimensiones y lo trabaja en nuevos tejidos; lo rasga, lo corta, lo estampa o le da color. Lo acompaña además de un repertorio de ropa de cama que parece a medio terminar. Y es que es lo que tiene inspirarse en el arte de vestirse a medias: que cambias abrigos por batines y camisolas de mangas desproporcionadamente largas y ánimo de blazer, pantalones de traje por pantalones de pijama, y faldas estilo combinación. Eso sí, nunca una estética consagrada al desaliño y apegada la improvisación estuvo tan bien acabada (o sí, aunque lo de Phoebe Philo en Céline es otra historia).
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